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Nunca te des por vencido

Impulso consumista

Impulso consumista

Muchas veces me pregunto donde empieza la libertad, creo que no tiene un principio, un ilustre profesor mío decía que la libertad “Es poder decir lo que los demás no quieren escuchar”.

En nuestra sociedad, el dinero es lo que nos hacen creer que es la fuente de la libertad, mientras somos corrompidos por esta sociedad materialista, consumista y superficial, sólo nos preocupamos por dar una imagen “correcta” a nuestro entorno, mientras las mentiras que propagamos nos conducen por el camino de la infelicidad, trabajamos más horas y ganamos más dinero, tenemos menos tiempo para hacer lo que nos gusta o lo que nos dicen que nos debe gustar, para después malgastar ese dinero que tanto sufrimiento nos ha costado en cosas que seguramente después no vamos a necesitar, porque son trastos inútiles que no necesitamos.

Consumimos productos que no necesitamos y una vez que lo hemos comprado nos damos cuenta que no lo necesitábamos, que podíamos vivir sin ellos, pero en ese momento ya no se aceptan devoluciones por ser un producto inútil, el marketing se basa en hacernos creer que lo que nos venden realmente lo necesitamos, es decir, te convencen de que una cosa inútil es completamente útil, y tú la compras, una vez efectuada la compra te das cuenta que no lo necesitabas, pero tu ego te empuja a disimular tu tristeza con una falsa sonrisa, para poder presumir ante los demás que posees un producto inútil.

Creo que hay gente que no se da cuenta y entra en esta rueda, compra cosas inútiles para después poder presumir de ellas, todo ello gracias al marketing y al ego, por lo tanto llego a la conclusión que somos víctimas del ego, y para superar al ego sólo hay un camino, desprendernos de las cosas que el ego nos ha obligado a comprar, pero regalándolas, si las vendemos seguimos en la dinámica del ego, en cambio al regalarlas lo superamos demostrando la imposición de nuestro auténtico yo, y corroborando la inutilidad del producto.

(Reflexión a partir de experiencia personal, sin ánimo de ofender).

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