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Nunca te des por vencido

Amanecer

Me acerqué a la barra, para beber un poco de agua, eran las tantas de la madrugada y la discoteca se empezaba a vaciar, estaba un poco cansado, en ese momento pude observar una bella princesa a mi lado, empezamos a conversar, la conversación era un incesante baile de armonía, conectamos nuestras almas desde lo más profundo, cada frase que brotaba de aquella dulce princesa era pura sabiduría, no me acuerdo del tiempo que estuvimos, no miraba el reloj, el tiempo pasaba volando a nuestras espaldas mientras fluían las bonitas palabras de aquellos instantes, me sentía cómodo, era cómo dialogar con una persona que conociera de toda la vida, el tiempo no se paraba y seguía y seguía, aquella larga conversación fue todo un placer, pero sobretodo, lo más bonito fue encontrar a alguien que vive su propia vida, es el oasis del desierto, donde entre millones de granos arena hay agua, entre millones de mentiras hay la verdad, entre la oscuridad hay la luz.

Después de terminar aquel precioso baile de palabras desde lo más profundo de nuestras almas, me despedí de ella, mi alma sentía la distancia de sus pasos, cada paso me llevaba a la oscuridad al mismo tiempo que me alejaba de la luz, en ese momento empecé a recordar sus palabras, su mirada, su sonrisa y entendí que había nacido una fuerte amistad, una amistad desde lo más profundo de nuestras almas.

Caminando por la arena de la preciosa playa, observaba las olas, el mar, las estrellas, la luna y el amanecer, todo ello con la sinfonía de las olas, caminé hasta que el sol iluminó mi cara, y en ese momento comprendí la verdad.

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